martes, 19 de febrero de 2013

Politica interior & exterior del nazismo

La política interior alemana era bastante compleja y consistía de varios puntos los cuales fueron llevados por Hitler cuando subió al poder, en su mayoría consistían de puntos sociales.


Hitler subraya la superioridad de la raza aria alemana, el resto de los pueblos eran inferiores, sobre todo los judíos, y no debían gozar de los mismos derechos. El resto de los europeos eran también inferiores, eso fomenta el desprecio a los franceses, los enemigos más odiados y que han humillado al país. apoyo a Darwin en su idea sobre que en la naturaleza sólo el más fuerte sobrevive.


Para Hitler el antisemitismo se convierte en una idea obsesiva. Son ellos y la retirada del capital judío los causantes de la derrota en la I Guerra Mundial. A los judíos, raza inferior, hay que mantenerlos apartados de los ciudadanos y cuando llegue al poder serán recluidos en barrios especiales llamados guetos.


En enero de 1933 el presidente de la República, Hindenburg, ante la inestabilidad política y el fracaso de gobiernos anteriores, nombra a Hitler presidente del Gobierno y le encarga la formación de un nuevo gobierno.  En su primer Gobierno, va a dar cabida a políticos de todos los partidos y los nazis están en minoría, la misma actitud de Hitler da confianza, se muestra cauto y prudente. Sin embargo, es sólo una fachada, controla la policía y los grupos nazis se convierten en fuerzas parapoliciales y enseguida se lanzará a la eliminación sistemática de la oposición.


El 2 de agosto de 1934 muere el presidente Hindenburg, sin ningún problema Hitler asumirá los poderes del presidente de la República, ya no tenía oposición, con ello aumenta todavía más sus poderes y controlará todos los resortes del Estado. La imposición de un Estado totalitario corre paralela a la eliminación de la oposición y a la restricción de los derechos individuales. Todo tipo de oponentes o indiferentes al régimen, entre ellos intelectuales, artistas  y el mundo de la cultura, se les consideraba traidores y degenerados y en la plaza de la Ópera de Berlín se produjo una quema pública de libros de todo tipo; a los artistas contemporáneos se les vejó al organizarse la Exposición de arte degenerado mientras se daba importancia a los artistas mediocres adeptos al régimen. Todo, absolutamente todo, estaba controlado por el partido. En la noche del 10 de noviembre de 1938
se decretó una terrible  persecución contra los judíos, la más grave de las que habían sufrido, se
conoce como  noche de cristal, cientos de sinagogas fueron incendiadas y miles de judíos detenidos y conducidos a campos de exterminio. El Estado nazi aparecía totalmente articulado y vertebrado en torno a la figura del führer al que se debía jurar obediencia ciega y lealtad incondicional, la población, privada de los  más elementales derechos, fue encuadrada en organizaciones nazis, la vida fuera de ellas era difícil y cualquier aspecto de la vida, por trivial que fuese, era controlado por el  partido. La puesta en práctica de manera metódica de su programa llevará inevitablemente a una nueva Guerra.

Politica inetrnacional:


La primera fase correspondió a los movimientos iniciales del gobierno de Hitler, que al principio fueron cautelosos; en 1933 firmó un tratado comercial con  Gran Bretaña y un Concordato con el Vaticano. Ese mismo año, Alemania cambió de actitud, y  en octubre dejó la Sociedad de Naciones, excluyéndose así de los foros internacionales, lo que equivalía a ignorados. En enero de 1934 firmó con Polonia un pacto de no agresión por diez años. Ese mismo año,  Hitler suspendió de manera unilateral el pago de las reparaciones de guerra y las declaró saldadas. Pero la acción más seria fue el  primer intento por lograr el Anschluss, es decir, la unificación de Alemania y Austria.


En esta segunda fase, la política exterior alemana aceleró el rearme. Hitler anunció la creación de una poderosa  Luftwaffe  (Fuerza Aérea) -que el Tratado de Versalles prohibía expresamente-, así como  el restablecimiento del servicio militar obligatorio y el lanzamiento del plan cuatrienal, por medio del cual Alemania debería estar preparada para la guerra en cuatro años. Junto con estas acciones, Hitler repudió formalmente el Tratado de Versalles.


En 1936 se da un cambio en las relaciones entre Italia y Alemania; Hitler, que admiraba a Mussolini y deseaba establecer una alianza con su gobierno, apoyó la invasión italiana a Etiopía y rompió el boicot internacional contra Italia. La guerra civil que estalló en España ese año permitió un mayor acercamiento entre los dos líderes, que juntos decidieron apoyar al general Francisco Franco contra las fuerzas democráticas de la República Española.


La tercera fase de la política exterior de Hitler se caracterizó por las estrategias de expansión encaminadas a lograr su proyecto de la Gran Alemania, así como por la intensificación del rearme.

El primer paso en los planes de expansión fue realizar un segundo intento por la unificación de Alemania y Austria. Durante los primeros meses de 1937, el canciller austriaco, Kurt Schuschnigg, sucesor de Dollfus, declaraba que su país solamente podría mantener su independencia frente a las amenazas de Mussolini si era reconocido por Alemania, nación con la que estaba  más identificado por razones raciales y culturales.







Imagen: http://galeon.hispavista.com/historiadeisrael/hitler.jpg

Fuente: http://perseo.sabuco.com/historia/politicahitler.pdf





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