Luego de finalizada la Primera Guerra
Mundial, Estados Unidos se consolida como la principal potencia económica
mundial mientras que los países europeos, sobre todo Gran Bretaña, pierden su
rol protagónico en el contexto internacional. En este marco la economía
norteamericana, si bien sufrió una breve recesión entre los años 1920 y 1921,
comenzó una década de fuerte crecimiento económico basada en un importante
aumento del consumo interno y de la industria de la construcción. Como reflejo
de esto, observamos que el PIB per cápita estadounidense aumentó un 2,19% interanual entre los años 1920 y 1929.
Por su parte para Europa la década del ’20 significó un
período de reconstrucción luego de la
guerra, signada principalmente por la gran deuda que varios países europeos contrajeron para hacer frente a los
gastos bélicos. Gran Bretaña comenzó, a partir de
1921, un lento proceso de expansión de su economía. Dicha recuperación sufrió un serio revés en el año
1926 luego de que el gobierno de Winston
Churchill decidiera reinstaurar el patrón oro en su economía, fijando el tipo de cambio de la libra al mismo
nivel de la pre-guerra. Esta convertibilidad
significaba una gran sobre valoración de la libra, en un contexto en el que la economía inglesa ya no poseía la fortaleza
de los años previos al conflicto.
A su vez Alemania, considerado el gran responsable de la
Primera Guerra Mundial, fue obligado a
realizar onerosos pagos a los países Aliados como lo estipulaba el Tratado de Versalles. Las sumas obligadas a
pagar superaban de tal forma la capacidad de
pago de la economía alemana que en el año posterior a la
finalización de la guerra el PIB per cápita alemán cayó un 13%
Durante la década de 1920 Alemania, al no
poder hacer frente a las reparaciones establecidas, debió recurrir a imprimir
moneda, generando uno de los procesos hiperinflacionarios más drásticos de la
historia. En el año más crítico de este período el PIB per cápita alemán llegó
a caer un 17% (1923). A pesar de estos años críticos, la tendencia muestra una
cierta recuperación de la economía alemana en estos años. Mientras tanto
Francia fue tal vez el país con mejor desempeño económico de la región. Se
caracterizó por un bajo nivel de desempleo, un presupuesto del Gobierno
equilibrado y buenos niveles de producción industrial, basados principalmente
en la industria del acero. Todo esto, sumado a la confianza que tenía la gente
en la moneda local, llevó a que la economía francesa tuviera un crecimiento de
su PIB per cápita del 3,85%
Interanual entre1920 y 1929
Referencia: http://es.scribd.com/doc/49609786/premionacionaldeeconomiagraduadosort
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